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Valussi: «Me siento parte de esta familia»

Casi 936 kilómetros separan la ciudad de Resistencia, Chaco, con Buenos Aires. Luca Valussi los recorrió a fines de 2013 por primera vez, con el bolso con tantos sueños como dudas, pero con la determinación implacable de un chico que demostraba que se podía progresar.

«En lo personal no fue fácil el cambio, pero lo tomé bastante bien. Tenía claro lo que quería hacer, me quería ir. Desde el primer día en Obras me trataron de diez. De entrada arranqué con el colegio, los entrenamientos… No tenía tiempo para estar extrañando. Aparte hablo todo el tiempo con mis papás», cuenta el alero aurinegro.

Todos saben como fue ganando versatilidad, fuerza y un lugar en la rotación del conjunto de Liga Nacional. Pero también es bueno conocer su camino antes de llegar a Obras. Sus primeros pasos los dio en el Club de la Universidad del Nordeste (CUNE).

«Recuerdo que me la pasaba todo el tiempo ahí con mis amigos, o jugando en la calle. Los días que entrenaba, que era lunes, miércoles y viernes, me iba temprano para allá. Y a veces me quedaba haciendo otra cosa, como jugando al fútbol u otros deportes. Y cuando no entrenaba salía a jugar con mis amigos del barrio, al fútbol o a las escondidas. Me gustaba jugar en la compu también, pero a la tarde estaba al aire libre», explica.

«De chico era bastante enérgico. Me mandaba mis macanas y he tenido mis retos, pero como todo chico, supongo. Le pegué varios pelotazos a los autos jugando al fútbol, siempre por accidente, obvio», agrega entre risas.

La historia grande de Luca comenzó a la edad de U15, jugando ya para Villa San Martín de Resistencia. Durante un Argentino de Clubes, en el que le tocó enfrentar a Obras, el entrenador Ignacio Narvaja quedó sorprendido por sus condiciones. «Nacho me vio y en diciembre de 2013 me ofrecieron probarme unos días en Buenos Aires. En enero de 2014 pasé la prueba y en febrero ya estaba instalado acá. Todo muy loco y rápido», asegura.

El apoyo familiar de mamá Mara y papá Claudio fue fundamental para su crecimiento. A la vez, ella fue la que más sufrió la ida de su hijo a la gran ciudad. «Cuando se enteró de la posibilidad de Obras no quería dejarme ir a ningún lado. Lo veía como un cambio tremendo para mi», destaca. Y sigue: «A veces extraño la compañía de mis papás, de mis amigos. De hacer cosas con ellos. Veo que se juntan, que comparten cosas, y me dan ganas de estar ahí».

Luca tiene palabras para sus padres: «Los dos siempre hicieron todo por mi. Me alentaron a hacer lo que me gusta y a ser libre con mis decisiones». Sobre Mara, dice que «creo que no me podría hacer tocado una mamá mejor. ¡Cómo se va a poner cuando lea esto!».

Valussi tiene claro que su sueño es vivir del básquet, pero al mismo tiempo no descuida su formación académica, porque no todo es deporte en la vida. «Estudio recursos humanos y tengo como objetivo recibirme. Se que es algo que va a llevar tiempo, pero tengo que ser constante», aclara.

Obras se transformó en algo muy importante en su vida: «Estoy acá desde chico, me encanta el club. Vivo acá adentro prácticamente. Le tengo muchísimo cariño y me siento parte de esta familia. Creo que tomé la decisión correcta de haber venido».

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