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Hernán Montenegro y su paso por Obras, en el día de su cumpleaños

Montenegro Espil Obras

Un día como hoy, 10 de agosto, pero de 1966, nació en Bahía Blanca Hernán Montenegro, figura icónica del básquet nacional y con paso por Obras. Conocidísimo en el ámbito del básquet por su talla, su carisma y su talento, hoy es una figura pública que trascendió el ámbito deportivo para poner esa personalidad en el teatro y los medios masivos. Otro gran nombre que pasó por El Templo del Rock.

El Loco llegó al Rockero a sus 20 años. Fue en 1986, tras probarse en el Zaragoza de España. El desafío no era para nada menor: llegó para disputar la Copa William Jones, la Intercontinental de FIBA, que se jugaría en Núñez. Lamentablemente, la suerte no estuvo a su favor, ya que tras debutar ante las estrellas de la antigua liga CBA de Estados Unidos y ganar por un punto (108 a 107), se lesionó en la segunda fecha contra Corinthians de Brasil. Una fractura lo dejó afuera del resto del torneo y significó el final de esa etapa en el básquet argentino para él.

Su trayectoria implicó pasos por el básquet universitario de Estados Unidos, por Puerto Rico, Italia, Venezuela y Chile. Una de las cuestiones más destacadas, sin dudas, es su aproximación a la NBA: fue en 1988 cuando fue drafteado por los Philadelphia 76ers en el puesto 57 de la tercera ronda. Sin embargo, y a pesar de haber tenido una buena etapa de entrenamientos, no llegó a debutar y su carrera tomó otros rumbos.

Con la Selección Argentina mayor, disputó 24 partidos con 205 puntos en total. Fueron cuatro torneos, entre los cuales se encuentra el Mundial de 1986. En 1992, en el Premundial disputado en Portland, Hernán jugó con el número 22 dibujado en el pelo. Esa fue una de las tantas excentricidades que cometió, y que generó mucho revuelo: incluso, los estadounidenses se preguntaban el por qué de aquella decisión y el relator de la cadena NBC llegó a relatar: «Esta noche Robinson e Ewing van a soñar con el Loco Veintidós».

EL REGRESO DEL LOCO A OBRAS

Aquel paso accidentado por Obras no sería el único contacto de Montenegro con la institución de Núñez. Años más tarde, en 2010, volvió al club para jugar la Liga de las Américas y la Liga Nacional. En el certamen internacional, el Rockero ganó dos de sus tres partidos, pero no le alcanzó para meterse en el Final Four. En el torneo local, el Loco disputó un partido ante Lanús, en el que anotó dos puntos en ocho minutos. Ese encuentro quedó para la historia, ya que el bahiense se transformó en el jugador más veterano en disputar un encuentro de la Liga, con 43 años.

Tras su retiro, Montenegro desarrolló sus cualidades fuera de la cancha: viajó por el mundo, fue parte de una lista política, hizo televisión, jugó al handball en River Plate, y subió un escalón más en su nivel de popularidad al participar del reality de cocina MasterChef, en Telefé. Su personalidad lo volvió uno de los personajes más queridos por el público. Un verdadero Loco lindo.

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