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Gibbs, un recambio desequilibrante

Ashton Gibbs se sumó a Obras Basket como reemplazo temporal de Fernando Zurbriggen, quien sufrió una fractura en su maño izquierda en la serie de cuartos de final ante Argentino de Junín. El armador estadounidense reforzó al rockero en los dos encuentros ante Hispano, y aportó para que el equipo se clasifique a las semifinales del Súper 20.

En ambos duelos, Gibbs tuvo una importante actuación desde la banca, en la que acumuló 14 puntos, tres asistencias y tres recuperos en 40 minutos. En ese tiempo, el formado en la Universidad de Pittsburgh demostró su experiencia y categoría, y se acopló rápidamente a la idea de juego del entrenador Gregorio Martínez.

Gibbs, de 1.88 mts. y 28 años, no es propiamente un base veloz, pero tiene cambio de ritmo, explosión y buena lectura de juego. Una de sus mayores virtudes es sacar provecho del uno contra uno, donde su manejo de balón, rompimiento y control del cuerpo lo ayudan a generar puntos. En estos cotejos, su mayor defecto fueron algunas malas entregas de balón a sus compañeros, propias de un jugador arriesgado que aún no entró por completo en la química del equipo.

También, se destaca por su efectividad en tiros a distancia, aunque hasta el momento, no ha sido su mayor virtud (3-11 en triples). Su mecánica de tiro no es sólo precisa y correcta, también es rápida. Tarda muy poco en elevar con sus dos manos la pelota y sacar su lanzamiento.

Cabe destacar que, si bien no se distingue por ser un gran defensor individual, encajó a la perfección en la estructura colectiva de Obras, que consiste en resguardar la primera línea, mantenerse atentos y activos, y ayudar en las circunstancias adecuadas.

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