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Centenario Obras

Hicimos Obras: Dennis Still

Corría el año 1995 cuando Dennis Still arribó a Avenida Libertador. Obras, un histórico del básquetbol argentino, desconocía lo que significaba jugar la Liga Nacional, diez años después de su creación. Hacía un tiempo que el club se empeñaba en conseguir el ascenso, pero no era nada sencillo, el TNA era una competencia dura, y el Aurinegro tenía jugadores jóvenes, con mucha voluntad, pero inexperto a la hora de las definiciones. La llegada del norteamericano, quien contaba con siete temporadas de LNB en el hombro, agregó un toque de roce y veteranía al conjunto que dirigía Fernando Duró.

Still, ya con 36 años, fue un baluarte en Echagüe por cinco campañas. Antes de sumarse al elenco de Núñez, en lo que significó su primera experiencia en una categoría de ascenso, pasó dos temporadas Santa Paula de Gálvez. El básquet argentino lo transformó en un pivote fornido, duro, capaz de darle batalla a cualquiera debajo del aro, por más alto o fuerte que sea. Su firma dejaba un mensaje claro en toda la liga: Obras, aquel equipo que sorprendió a todos con su llegada a semifinales, donde cayó con Luz y Fuerza de Posadas, tenía un nuevo pilar. Esta vez, irían por todo.

El estadounidense tardó poco en acomodarse al grupo, y pronto estableció una formidable dupla de internos con Diego Ricci. Así, tras conseguir el primer puesto en la fase regular, llegó la prueba de fuego: los playoff. El momento clave llegó en la serie de semifinales ante Belgrano de San Nicolás. Con la serie 1-2, al borde de la eliminación, y como visitante, el Rockero mostró su carácter. Ganó con un triple sobre la bocina de Leonardo Diebold, forzó un quinto juego y luego clasificó a la final, donde esperaba Estudiantes de Olavarría. Si bien perdieron el primer encuentro, ganaron tres al hilo, dos en la ruta, y lograron el merecido ascenso. Durante aquella gloriosa campaña, Still acumuló un promedio de 12.3 puntos, 10 rebotes y 1.5 recuperos.


Still durante las finales con Estudiantes.

El internacional se mantuvo en la primer temporada de Obras en la Liga Nacional, y logró el primer objetivo que se planteó el elenco de Duró, mantener la categoría. En la 96/97, repitió su media en puntos y se estableció como el máximo rebotero del certamen, con 15 tableros por juego. Al siguiente año, se marchó a Regatas, y concluyó su carrera en Lanús, ya con cuatro décadas. Aún hoy, es considerado uno de los extranjeros más importantes que han representado a la institución.

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