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Obras en Obras: Eduardo Dominé, historia pura del Rockero

Eduardo Dominé

Obras en Obras ofreció una nueva entrega semanal. El programa que reúne a las ex leyendas del club con las inferiores, convocó a Eduardo Dominé para repasar su formación, paso por el club y anécdotas de la época.

Eduardo no es un tirador más en la historia del Rockero, sino que posee el récord como máximo goleador histórico con 5314 puntos, en triples con 1009 y libres con 1025. Fueron 7 temporadas (1998-2005) de éxitos para una leyenda de la Liga Nacional de Básquet.

“Obras me permitió sentirme como en casa. Fue diferente a lo que era Quilmes porque allí se vive más pasional. La ciudad vive el básquet de otra manera por ser una ciudad menor. Buenos Aires me dio tranquilidad y calidez, y el club me acogió”, adelantó.

En una hora de intercambio de experiencias, Dominé habló sobre su formación profesional, su sentido de pertenencia hacia Obras, a pesar de su fuerte figura en Quilmes. Eduardo enfatizó la importancia de los hábitos y de creer en uno mismo.

Eduardo Dominé

OBRAS EN LA VIDA DE EDUARDO DOMINÉ

“La cancha, el templo siempre me llamó la atención. De chico veía el Obras de la William jones, Cadillac, Rafaelli, Romano, etc”, abrió.

Dominé encontró en Obras una casa y un sinfín de amigos. Cálido y siempre con una sonrisa por delante, Eduardo creó del club, un estilo de vida. “Me encanta el club. Ha hecho un cambio enorme estructuralmente. Es un club muy importante, por su Instituto y los deportes que abarca. Le da una fortaleza única como institución. Me siento parte porque es mi segundo club. Si bien estoy identificado con Quilmes porque nací ahí, me siento parte de Obras por la historia”.

“Cada vez que me toca volver al club es como si fuese un familiar que vuelve a su casa. Me encuentro con mucha gente que me acompañó muchos años y con quiénes generé una amistad que mantengo hasta hoy. Hoy soy padrino de la hija de Diego Ricci. Se ha formado una familia y es algo muy lindo”, comentó acerca de cada momento en el que vuelve a cruzar las puertas de Avenida del Libertador 7395.

“En Obras siempre se me ha respetado mucho como humano y profesional. Es algo que siempre empuja a favor en la balanza”.

Eduardo Dominé

EL RÉCORD DE PEPO Y SU PERMANENCIA EN OTROS RUBROS

Realmente me encanta la situación. No soy de los números, pero lo que eso te da es un proceso de trabajo y continuidad. Y eso demuestra como Obras lo reclutó y confió. Le dio lugar y le permitió llegar a su número récord. Me encanta que se dé lugar a eso. Que se apueste a que los jóvenes crezcan.

LA PRIMERA TEMPORADA EN OBRAS

Siete temporadas, anécdotas. Dos cosas que van de la mano. Tanto tiempo en el club dejaron varios recuerdos únicos en Dominé. Este es uno. “El primer año que estuve, Cadillac era el técnico. Salvo yo (29) el resto eran todos jóvenes. Comenzamos con un récord negativo. En un cuarto de un partido convertimos sólo 1 punto. De cara el próximo encuentro, en el vestuario en la previa escribí una frase: “El lechón está en el horno, no dejemos que le pongan la manzana en la boca”. Ganamos ese día y esa frase quedó de cabecera para toda la temporada. Mejoramos la performance y clasificamos en zona A1 de la competencia”.

EL CAMBIO DE LA FORMACIÓN EN SU ÉPOCA A LA DE HOY

Ante la consulta, Eduardo Dominé notó una marcada diferencia en la manera en la que un joven desarrolla su juego hoy, en comparación a su época. “Cambió muchísimo. Desde la interacción con el mundo, la tecnología y la visualización. Cambio mucho la enseñanza, no por su metodología, sino el contenido del básquet. Hoy se juga diferente el pick and roll y muchas otras situaciones de juego. El chico de hoy puede ver a Curry, a LeBron, cómo hacen sus trabajos de técnica individual. La visualización adelanta segundos de aprendizaje. Lo ves y lo llevás al entrenamiento. Lo ganaron los jugadores y entrenadores. Hay muchas herramientas y celebro eso. Lo externo, alimentó lo interno y es algo valorable”.

Eduardo Dominé

LA OPINIÓN DE EDUARDO DOMINÉ SOBRE LA FORTALEZA MENTAL

“La contención mental es fundamental. Es el plus de un jugador en su formación. Siempre digo que es muy importante quien comunica como el receptor. Tenemos que ser inteligentes en qué medida tenemos que corregir y automatizar. La parte mental es vital, más cuando estamos llegando a un juego determinante”, comenta.

Pero Eduardo Dominé va más allá del profesional y aproxima su análisis al niño que da sus primeros pasos. “El chico debe aprender a ser fuerte de la cabeza. No hay que tener duda en la corrección o llamado de atención por parte del entrenador, que también debe hacer ver el lado bueno de jugador. Valorar las herramientas de los chicos es muy importante, motiva e incentiva a seguir dando todo”.

Para reflejar esto, Dominé ejemplifica. “Una vez viví esta situación: Estaba en un partido de inferiores y un chico de 15 años bajó 3 rebotes ofensivos, pero erraba al intentar convertir, tras el grito de su padre para que buscara los puntos. Ante esta falla para sumar, me comenta desde la tribuna: “Es un burro”. A lo que respondí: “No, para nada. Tu hijo ganó 3 rebotes ofensivos sobre los rivales. Eso es un laburo bárbaro. Si hubiese llevado al balón fuera de la zona en lugar de seguir su indicación de tirar, se podía reorganizar el ataque”. Su conclusión es clara: Si uno valora herramientas en el juego, puede potenciar a un chico e incentivarlo a pulir otros aspectos.

EL PROYECTO DE FORMACIÓN DE JUGADORES DEL CLUB

Obras se caracterizó en los últimos años por ser fuente de formación de talentos argentinos. Hoy, lo refleja con el éxodo de Pepo Barral tras una vida de formación Rockera, y en los casos de éxito que juegan LNB, como Fernando Zurbriggen, Lautaro Berra, Luca Valussi, Juan Pablo Venegas, Francisco Barbotti y Santiago Ibarra. “Obras viene trabajando hace mucho bajo ese ojo. Lo importante es darle la posibilidad en el desarrollo del período de tiempo. Como paso con Pepo, darles la posibilidad, el espacio y la oportunidad. Quizás la LDD permitió a que esta posibilidad surja más frecuentemente. Antes era muy complicado saltar de una categoría local, a la profesional”.

LA SEMBLANZA DE EDUARDO DOMINÉ

Obras en Obras permite un contacto directo de los ex jugadores y los más chicos del club. En ese sentido, el mensaje y semblanza a cada uno de los chicos, llega directo por el auricular. “Hay una etapa en la que pensás que sos uno más y no vas a tener una chance. No te ponen, la LDD no te llama, jugaste mal 3 partidos seguidos. Nunca hay que pensar así. Hay que pensar que hay que dar hasta lo último, seguir confiando y creciendo. Que si uno está ahí es porque está muy cerca de llegar. Siempre hay que tratar e intentar. Hasta que el entorno no te frena, hay que dar el plus. Es ese trabajo extra: físico y técnico. Indagar constantemente con los profes. Siempre hay que buscar la mejor versión de uno mismo. Eso permite que uno mejore, crezca y tenga sus oportunidades.

En mi formación, mi ídolo era mi viejo. Él tenía una pizzería. Pero era muy laburador. Estaba ahí todo el día. Se acostaba a las 5am y se levantaba a las 9am. Lo hacía con mucha pasión y me trasladó ese concepto. Cuando el negocio pasó a ser grande, seguía al lado del horno. Podría haberse puesto una chomba o camisa y corbata, pero siempre hizo lo que le apasionaba. Él me inculcó los valores. Entrenar, dar todo, sacrificarse para hacer lo que uno ama. Uno relega, pero gana por otro lado. Di salidas con amigos, viajes de egresados, todo por hacer lo que amo.

Relajarse no puede ser un hábito. Eso tiene que ser trabajar, entrenarse y poner el 100% de uno mismo. Esto no aplica solo al juego o al básquet, aplica en la vida. La dedicación lo es todo”.

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