«Una imagen vale más que mil palabras», es una frase que, originalmente, habla de cómo una representación visual puede contener múltiples y complejos mensajes, e incluso describir la esencia de algo de manera más efectiva que una mera descripción visual o verbal. Y si hablamos de esencia, gran parte de la de Obras aparece en esta foto histórica: Diego Ricci, Ezequiel Lamas, Eduardo Dominé y Lázaro Borrell, glorias del básquet rockero, junto a Fabián Borro, presidente de la institución.
La postal data de la temporada 2008-09, en el entretiempo de un juego de Liga Nacional, con el cubano aun en actividad y los otros tres protagonistas ya retirados, pero con un gran legado en el club. Por eso, se decidió hacerles un merecido homenaje por sus trayectorias: «Estábamos mirando un partido y Fabián se acerca y nos dice que nos va a dar un reconocimiento. Fue un momento muy emocionante», recordó Ricci.
Esos caminos que fueron premiados en aquella noche, sin embargo, no responden solamente a lo que pasó dentro de la cancha. Es, en varios casos, una vida dentro del club, personas que se convierten en parte de la familia aurinegra. «Fueron siete temporadas, y recibir el cuadro con la camiseta junto a mis excompañeros y grandísimas personas fue un orgullo muy grande», afirmó Dominé, líder en puntos y triples anotados, y segundo en presencias y asistencias en Liga Nacional.
«Fue un honor quedar un poco en la historia del club, y encima al lado de tremendos jugadores. Lázaro para mí fue el mejor jugador que vi con esta camiseta, hacía lo que quería. Sólo agradecer al club y a Fabián Borro por el reconocimiento», agregó Lamas.
Por su parte Borrell, segundo en puntos anotados y líder histórico en rebotes, rememoró: «Obras es parte de mi vida, mi familia, y ser homenajeado junto a ellos, que son una parte importante, me llena de mucho orgullo y placer sabiendo que estoy dentro de esa misma historia».
El recuerdo de Ricci, al transportarse a ese momento, cobró aun más emotividad: «Fue un momento muy emocionante, después de representar a Obras desde que tenía diez años hasta llegar a darme la oportunidad como profesional. Aparte, estaba mi hijo más grande, Tomás, que hoy también representa al club, y compartirlo con esos jugadorazos con los que todavía compartimos momentos y familias, así que fue muy lindo. Aparte, conociéndolo a Fabián de tantos años y haberlo recibido de su parte fue un orgullo muy grande», relató.
EL SIGNIFICADO DE OBRAS EN LA CARRERA, Y EN LA VIDA
El propio Diego, cuarto mejor rebotero en la historia del equipo, profundizó en todos los momentos que vivió, y que pueden reflejarse en muchos de quienes crecieron en la institución de Núñez: «Obras fue lo mejor que me pasó en la parte deportiva, y después la familia, mi señora, que me apoyó siempre. El club me dio las bases en todo, el día a día, todos los días entrenamientos. Y más llevando la camiseta marcada a fuego. Representar esta camiseta era y es para mí un orgullo. Todavía sigo al equipo, disfruto cuando va bien, sufro cuando va mal, uno siempre está involucrado. Es una institución muy importante para el básquetbol argentino»
Por su parte, Dominé añadió: «Obras siempre se caracteriza por reconocer a los jugadores que pasaron por el club. Agradecido a Fabian y a todos los dirigentes que siempre nos respetaron», y aseguró: «De lo único que no tengo dudas es que junto a Diego, el Negrito y Lázaro en diferentes momentos disfrutamos de jugar en Obras y dejamos todo por esa camiseta».
¿DÓNDE ESTÁN ESOS CUADROS?
Las respuestas a esta pregunta son simples y concretas. Ninguno la pierde de vista: «Lo tengo en la habitación en la casa de mi vieja. Esperando poder tener el quincho algún día y poner varios recuerdos de mi carrera», comenzó Eduardo.
A su vez, Ricci contó: «La camiseta la tengo colgada, con el cuadro que me la dieron, en una oficina que tengo para mis cosas personales».
Finalmente Lamas, cuarto máximo asistidor aurinegro de todos los tiempos, aseveró: «La casaca sigue colgada en mi consultorio».
