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La historia del básquet femenino en Obras

El presente del básquet femenino de Obras es brillante: último campeón metropolitano (invicto), campeón del Final Four de mitad de temporada en La Liga Femenina, y mejor récord de la fase regular de la 2022-23, en la cual continúa en la lucha por el título nacional.

Sin embargo, en este Día Internacional de la Mujer, vale la pena destacar no sólo la actualidad sino también la historia, una historia que significa mucho en la institución, que implica un gran compromiso, que tuvo un enorme crecimiento, y que aun se sigue alimentando de nuevos logros.

LOS INICIOS DEL BÁSQUET FEMENINO DE OBRAS

El camino comenzó a construirse en 1932, cuando el Inspector Federico Flores inició la disciplina. En esa década, se desarrollaron los primeros entrenamientos y amistosos y, a pesar de perder fuerza en los años cuarenta, el proyecto retomó impulso en 1950, con la búsqueda de hacerse un espacio importante en las instalaciones de Avenida del Libertador.

Las categorías formativas comenzaron a crecer en las décadas de los setenta y ochenta, cuando se mantuvieron en los primeros planos. En 1984, un año después de la obtención de la Copa Intercontinental William Jones en la rama masculina, el femenino dejó claro que también era parte de la era dorada del básquet del club: ganaron el Torneo de Sheprad, disputado por los mejores equipos metropolitanos.

En 1995 Susana Pereyra, encargada del básquet femenino por entonces, se propuso el objetivo de poner a las Rockeras entre los mejores una vez más, y decidió potenciar aun más las formativas, una filosofía que aun perdura a pesar del paso de los años: Con el entrenador Rodolfo Casini, su asistente Jorge Ferradás y el preparador físico Alejandro Smaniotti llegaron grandes jugadoras que siguieron su desarrollo en la cantera.

Mientras todas las categorías inferiores ascendían a la A y aportaban jugadoras al equipo profesional, esa plantilla de mayores también hizo lo suyo: compitieron a altísimo nivel tanto en el torneo Metropolitano como en el Nacional, fueron subcampeonas en 1997 y, un año después, tuvieron revancha para quedarse con la Liga Nacional de 1998. El título les valió, además, un lugar en el Sudamericano de Clubes de 1999, disputado en San Pablo (Brasil).

LA CAÍDA Y EL REGRESO

Los problemas financieros llevaron a que el club dejara de contar con básquet femenino en el año 2003. Sin embargo, tras asumir el actual presidente Fabián Borro, la disciplina volvió en 2015. Y lo hizo de gran manera.

Inmediatamente las Rockeras disputaron la división B de la Asociación Femenina Metropolitana de Básquetbol (AFMB), se consagraron campeonas, y consiguieron el ascenso para volver a la máxima categoría.

Ese mismo plantel disputó, al año siguiente, la Superliga Femenina, organizada por la Confederación Argentina de Básquetbol. Allí, otro hito: el club volvió a pisar el podio en un torneo nacional. En este caso, le ganó a Unión Florida por 61 a 52, en el partido por el tercer puesto disputado en el Microestadio Antonio Rotili, de Lanús.

A partir de allí, jamás perdió protagonismo: desde 2017, se disputó La Liga Femenina organizada por AdC, y las de Núñez siempre fueron animadoras. En la primera edición, volvieron a ganarse el tercer puesto, esta vez ante Berazategui, y en el apertura 2018 lograron el subcampeonato tras caer en la final ante Quimsa.

En las siguientes ediciones, suspensión por COVID de por medio, llegaron hasta las semifinales, aunque no lograron alcanzar el tan ansiado título. Sin embargo, un festejo muy importante llegó en 2021: el Torneo Federal (actual Liga Federal Femenina).

Con el Ángel Sandrín (de Instituto de Córdoba) como escenario neutral, las entonces dirigidas por Santiago Petersen volvieron a consagrarse campeonas a nivel nacional tras aquel título en la Liga Nacional de 1998. Vencieron a Berazategui por 63 a 55, en la final de un torneo en el cual Obras hizo valer el potencial de sus jugadoras jóvenes, con varias integrantes de la cantera como parte del equipo, tal y como marca la historia.

NOMBRES IMPORTANTES, ALGUNOS QUE SIGUEN ESTANDO

Es imposible repasar una historia sin nombres. Y si hablamos del básquet femenino de Obras, esa categoría también es rica, y hoy más que nunca vale la pena repasar a las mujeres que hicieron grande al club dentro de la cancha.

El repaso cronológico puede comenzar con aquella nutrida cantera de los 70′ y 80′: «Obras daba la posibilidad de tener muy buenas jugadoras. Marcela Diez, muy inteligente, director técnico dentro de la cancha, Patricia Greca, Viviana Achaval, Lily Ravazzolli, que era muy ansiosa, un personaje y una gran jugadora, Patricia Pérez, Silvia Smith, Roxana Braga…», recordó el entrenador Sergio Smurra.

En el primer gran título de 1984, varias de ellas formaban parte de la plantilla: a las mencionadas Ravazzolli, Achaval y Diez, se les sumaban Fabiana Rinkewitsch, Sandra Vitori, Diana Tizon, Rossana Venticinque (fue Preparadora Física de todas las categorías femeninas de Obras hasta 2019), Beatriz Martínez y Mirta Canepa. Eduardo Pinto era el entrenador.

La década de los noventa, en aquel recordado impulso que llevó al título nacional, se destacaban en las formativas Noelia Mendoza y Julieta Espósito (actual jefa de prensa del equipo de Liga Nacional masculina). Entre las mayores, resonaban nombres de jerarquía como Marcela Andreozzi, Marcela Colombo y Gabriela Casini (hoy en día encargada del básquet femenino en el Rockero). Además, se incorporaron Silvia Pérez, Erica Poczynoc, Victoria Garbino, entre otras.

En el equipo que devolvió a Obras a la máxima categoría metropolitana en 2015, la propia Espósito era una de las integrantes. De aquel plantel se puede recordar, por ejemplo, a Bárbara Landro, Emilia García León y Paula Reggiardo.

Reggiardo, Landro y Espósito (capitana) también conformaron el plantel del regreso aurinegro a los podios nacionales en 2016. Pero en este caso, cabe destacar también a alguien que sigue siendo parte importante del club y es, de hecho, la gran referente y capitana de la plantilla profesional actual: Belén Echeverría.

El compromiso de varias de las mujeres que dejaron una huella y hoy siguen ligadas a la institución, muestra a las claras que ese sentimiento sigue siempre latente, y el sentido de pertenencia es algo inevitable al ponerse durante tantos años esta camiseta.

UNA GRAN ACTUALIDAD BASADA EN UN PROYECTO

Y en este repaso llegamos a un presente que muestra frutos de esta larguísima historia que se sigue construyendo. Las formativas femeninas de Obras nutren una vez más a las diversas categorías de la Selección Argentina. Entre las mayores, Luciana Delabarba, Camila Suárez y Candela Gentinetta también integran las nóminas del equipo nacional.

Además, el proyecto en inferiores no solo se interesa en lo que sucede en el parqué: las reclutadas tienen su lugar para vivir, disfrutan del comedor del club, y su formación es impulsada también desde lo académico, al asistir al Instituto Obras.

El mix de jerarquía y desarrollo de jugadoras se refleja, ahora, en los excelentes resultados: además del Federal de 2021, el título metropolitano de manera invicta, tanto en primera como en U21, y el campeonato también en el Final Four de la mitad de temporada de La Liga Femenina 2022-23 marcan el gran presente del club desde los resultados.

El futuro cercano marca, innegablemente, el mayor desafío actual: Obras jugará ante Berazategui las finales de la Conferencia Sur de La Liga Femenina, e intentará repetir aquel gran logro de 1998 y darle continuidad al brillante presente de una actividad que, a base de compromiso y mucho trabajo, sigue creciendo y no ve un techo que la detenga.

 

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