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Del tenis de mesa al básquetbol

A medida que pasan los días, los reclutados dan a conocer el pasado en su lugar de pertenencia y las actividades que realizaban en años anteriores. En esta oportunidad fue turno de Francisco Barbotti. El alero de la categoría U17 reveló su talento deportivo en el club que lo vio crecer, su senda hacia Obras y la sensación que le genera representar a su provincia cada vez que es citado.

-A pesar que tu actualidad te ubica en Obras Basket, desde Chaco te llegó la propuesta de conformar la selección de handball local. ¿Cómo fue eso?
-Sí, es verdad. El entrenador de la selección de handball de Chaco fue mi profesor de toda la vida en el colegio. Desde sala de cinco años hasta séptimo grado. En el colegio, el deporte principal siempre fue el handball, así que tenía cierta facilidad para practicarlo junto a mi hermano. La vez que participamos de los Juegos Evita nos fue muy bien, hace aproximadamente tres años, viajamos a Mar del Plata y llegamos a la final con la escuela. Al otro año llegué a Obras y no lo volví a ver. Hasta que un día lo crucé allá nuevamente, me dijo que estaba formando el equipo y si quería ir a jugar un torneo con la selección de Chaco. Pero yo ya estaba decidido por el básquet.

-Tenés cierta versatilidad y habilidad para los deportes desde chico. ¿Por qué te decidiste finalmente por el básquetbol?
-Con respecto a los otros deportes es porque en mi familia son todos profes de educación física. Mi papá jugó al rugby y mi mamá practicó varios deportes, al igual que mi abuelo. En mi club, Regatas de Resistencia, hay una gran variedad de deportes y yo vivía prácticamente ahí. Casi que me echan de mi casa -entre risas-, pero yo me anotaba en todos los deportes. Hasta que llegó un momento, a los 12 años, que tenía que elegir por uno sólo porque no me daban los horarios. Y el básquet, además de los otros tres que practicaba en ese momento (tenis de mesa, rugby y natación), era el que más me gustaba y donde estaba mi grupo de amigos. Igualmente me costó la decisión. Todo a pesar que en el tenis de mesa llegué a ser campeón y concentrar en el CeNARD.

-Este es tu tercer año vistiendo la camiseta aurinegra. ¿Cómo fue tu camino hacia Obras?
-Habían pasado dos años de mi preferencia por el básquet y me citaron para una preselección nacional. Anteriormente había jugado para el seleccionado de Chaco, nos fue bien en el Torneo Argentino y me llamaron para la preselección U13 siendo un año más chico. Luego nuevamente me citaron para la selección U15 y, cuando yo estaba en una de las concentraciones, Ignacio Narvaja y Marcelo Travnik conversaron con mis papás para ver si quería ir unos días a Obras para conocer y ver si me gustaba. La verdad es que yo estaba muy decidido, porque el básquet es algo que me encanta y el problema en ese momento era la distancia con mi familia. Aparte yo era chico, tenía 15 años recién cumplidos, pero tuve las agallas suficientes para venirme. El primer año me costó demasiado. Sufrí la ausencia de mi familia. Supe salir adelante con la ayuda de los chicos, mis amigos. El club estuvo presente todo el tiempo. Ahora me siento en mi casa. La paso muy bien y disfruto de cada momento.

-Formás parte de la preselección Argentina y se acerca la segunda concentración. Pero representar a tu provincia debe ser especial. ¿De qué manera lo vivís y con qué expectativas viajás?
-Representar a Chaco siempre va a ser un orgullo. Me encanta jugar para mi provincia. Siempre tuve un sueño de jugar para mi selección y obviamente también para la argentina. La de Chaco es distinta. Estoy con mis amigos, representando a mi casa. La verdad es que las expectativas quizás no son las mejores, pero con mucha dedicación nos está yendo bastante bien. Está creciendo el básquet en Chaco. Los últimos torneos nos fue bien, pero la idea es siempre seguir mejorando. Cada vez que tenga la oportunidad de jugar para Chaco voy a estar ahí firme, porque me encanta.

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